miércoles, 1 de marzo de 2017

"Totes ses deixadas són perdudes"

¿Cuánto vale una conversación con una amiga de verdad, una amistad de casi 40 años?
Para mí no tiene precio.
Son ese tipo de ocasiones en que el tiempo pasa volando y el dueño del restaurante te viene con la nota sin que la hayas pedido porque tiene que cerrar para descansar y volver a abrir por la noche. Eso me ha pasado hoy.
El encuentro se produce cada año, más o menos por las mismas fechas, pero en esta ocasión era especial porque celebrábamos su recién 50 aniversario.
Conversando sobre presente y futuro, mi amiga me regala el titular del post: "Totes ses deixades són perdudes", expresión menorquina de las gentes de Fornells, que tiene mucho que ver con el nombre de este blog, y que define con exactitud como mi amiga encara el presente y futuro. Significa no dejar pasar lo que queramos hacer, y que todo lo que dejas pasar lo pierdes y ese tiempo no vuelve.
Johan Cruyff, en la presentación que hizo de su última película uno o dos años antes de morir, soltó otra frase simple pero potente a la vez: "Si quieres algo, hazlo", para él era así de fácil y lógico.
Y realmente, tenemos el gran poder de la elección, y de decidir desde quienes somos lo que queremos hacer. Elegir desde los valores, desde el respeto a los demás y desde el amor lleva normalmente a buenas y acertadas decisiones. En lenguaje de Johan, jugamos para ganar.
Elegir desde el miedo suele conducir a decisiones disonantes, o a inacciones motivadas por el autoengaño, adornadas por mil y una excusas que sirven de justificación. En lenguaje de Johan, jugamos para no perder, aunque bien pensado, Johan no sabía jugar a eso.
En un momento de la conversación surge la pregunta de ¿Cuántos años de calidad crees que nos quedan a partir de los 50? 30 le dijo un cuñado que le parecía demasiado optimista, ¿quizás 20-25?
Hablamos de calidad y vitalidad, de poder hacer deporte, bailar, disfrutar con la gastronomía, beber buenos vinos, viajar, reír mucho, tener salud y poder vivir en plenitud de facultades y conciencia.
Y compartirlo con las personas que amas, que aprecias y con las que quieres estar y disfrutar con su presencia. Personas que te importan, y que ves en ellas más allá de su carcasa: ves su alma.
Con Mónica, mi amiga, me pasa eso, el regalo de tantos años de amistad es poder ver toda su humanidad.
Y su regalo de hoy, además de la magnífica conversación y mantel en el bar-restaurant Omar, ha sido la frase "Totes ses deixades són perdudes". Esta frase que hoy he elegido que no suceda, y que confío que en los próximos 20 años siga sin poderse aplicar a nuestra tradicional comida de amistad.


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